Reflexiones

El tiempo de balances que impone diciembre nunca nos deja totalmente conformes. La sensación de que podríamos haber hecho más o mejor; la idea de que algo de lo que nos propusimos quedó sin realizar o la comprobación de que no todo lo hecho tuvo el feliz resultado buscado, son constantes en toda persona que analice su año con cierta rigurosidad.
Desde nuestra tarea de dirigentes tuvimos la oportunidad de intervenir en algunos conflictos logrando para nuestros afiliados muy buenos resultados, como el sucedido en los últimos meses del año en Catamarca. Asimismo, nuestra labor enfocada al personal de las cooperativas eléctricas comienza a dar sus primeros frutos en beneficio de estos trabajadores.
Sin embargo, como decíamos al comienzo, sabemos que muchas cosas nos quedaron por hacer o por mejorar, y ese es nuestro personal compromiso para el próximo año: no hacer concesiones ni ceder en nuestro empeño por cumplir todos los propósitos expresados al comienzo de nuestra gestión. Es este nuestro renovado compromiso.
2008 no fue para nuestra Asociación un año más, pues comenzamos a desandar el camino hacia el cincuentenario, planificando acciones y realizándolas. Nuestro objetivo está lejos del festejo por el festejo mismo. Apuntamos, porque creemos interpretar el sentir de nuestros afiliados, a lograr encuentros con grupos de afiliados de Seccionales cercanas de los que todos puedan participar con sus familias, revitalizando así la mística de nuestra Apjae, que trae de nacimiento una marca indeleble que se basa en el compañerismo. Porque eran compañeros de trabajo los miembros del grupo fundador de la Asociación y esa camaradería se transmitió como germen fundacional a la Apjae, perdurando hasta el día de hoy. No nacimos de un grupo inconexo de desconocidos motivado sólo por reclamos laborales: somos el fruto del empeño puesto por empleados de un mismo lugar decididos a mejorar el futuro de todos. Y los primeros 50 años son la oportunidad para retomar esa bandera que nos diferencia de cualquier otra asociación sindical.
Esta mística de nacimiento, que es nuestra fortaleza, nos servirá, una vez más, para paliar las posibles dificultades que los problemas mundiales y locales puedan presentar durante el próximo año.
Mientras tanto, agradeciendo a Dios por Su permanente presencia, les hacemos llegar nuestro ferviente deseo de unas hermosas fiestas y un 2009 pleno salud, paz y trabajo.

COMISIÓN DIRECTIVA CENTRAL